El pintor recreó sobre el lienzo una imagen. En ella plasmó su forma de ver los colores, la claridad de sus pensamientos, la profundidad del horizonte.
El jardín es ese lienzo vivo del que la vida brota más allá del plano y de la perspectiva.
A su vez te convierte en actor que deambula entre las bambalinas y el escenario en completa desnudez, pues no hay secreto que puedas esconder a sus placeres terrenales.
Es una suerte de juego temporal, de visión abstracta de un puzle donde las piezas modifican su forma indefinida. Infinidad de elementos en baile armónico. Sinfonía de colores, materias, aromas.
Cada día, cada primavera, cada noche de verano dibuja un paisaje diferente e irrepetible.
Los maestros griegos enseñaban a sus discípulos astronomía, aritmética, retórica,…paseando por magníficos jardines. Es la belleza que surge de la observación del universo cuya grandeza se esconde en lo diminuto del instante, como la semilla en el momento de germinar.
Todo un complejo mecanismo de engranajes biodinámicos del que formamos parte.
Así como el velero capitaneado por hombre alcanza a navegar los océanos, el jardín perdurará en éxtasis para el filósofo, en romance para el poeta, en despensa para el alma de quién lo habita.
Hay muchos tipos de jardín, ninguno repetido. Dependiendo del clima, la humedad, la latitud, la altitud, el continente, la presión humana, las necesidades sociales, etc. La historia nos expresa su momento artístico y tecnológico también a través de su diseño.
Y así llegamos hasta nuestros días donde el jardín se convierte, mayoritariamente, en un espacio alrededor de la casa de campo, donde integrar, la piscina, la pista de tenis, el aparcamiento y la barbacoa. Que sea de fácil mantenimiento y que aporte reconocimiento social.
Para contactar: creativos@enladiana.es
hacemos realidad tu sueño.
